Ya todas y todos hemos oído que los otros nos hacen de espejo y a menudo nos perdemos en ese reflejo que nos duele y no sabemos cómo interpretar.
¿Cómo trabajo el espejo?
En estas líneas os voy a poner un ejemplo de ejercicio, para usar individualmente o cómo profesional, pero lo importante no es seguirlo al pie de la letra, sino entenderlo, captar la esencia y hacer vuestra propia versión, más auténtica y perfeccionada para vuestras necesidades únicas.
Empieza, elige a tu espejo.
Haz una lista con los adjetivos que definen a esa persona que te hace de espejo.
Ejemplo: mentiroso, rencoroso, egoísta,…
Pongo sólo adjetivos “malos” pero con los “buenos” podemos hacer el mismo ejercicio para reforzar los aspectos nuestros que nos hacen sentirnos expandidos, conectados, crecer, avanzar…. Pero a menudo éstos no son temas de consulta ;-)
Ahora detente en cada uno de esos adjetivos, uno a uno, ve a una situación en la que hayas vivido que esa persona es así para ti y fíjate en cómo te sientes en ese momento. Si estás haciendo el ejercicio tú solo, ves escribiendo lo que te viene, si trabajamos con alguien, podemos hacer un camino al inconsciente, luego os pondré una idea de cómo elegir el adjetivo cuando no puedes trabajar con todos.
Centrarnos primero en los pensamientos, que sean cosas que salen de uno mismo, si justificamos o salen excusas, no nos estamos permitiendo sentir lo que realmente sucede en nosotros cuando esa persona, por ejemplo, es mentirosa.
Ejemplo: ¿Cómo me siento cuando esa persona me miente? (voy a una situación en que he sentido que es mentirosa, la revivo y observo, escucho y siento que nace de mí, cuáles son mis pensamientos, como me siento…) “pienso que no confía en mí, me siento confundida, desorientada, no sé quién soy… “
No nos serviría decir que “bueno, son mentiras piadosas, en realidad no es tan grave, yo también miento a veces” ya que ahí estamos poniendo excusas y justificaciones y bloqueamos poder avanzar con el ejercicio.
Si haces el ejercicio sola, coge lo que has escrito y pregúntate: ¿en que otras situaciones yo me he sentido así? ¿Quién de mi familia me hacía sentir así o se ha sentido así?
Ejemplo: ¿cuándo yo he sentido que no podía confiar en mi misma? ¿Quién de mi familia me ha hecho sentir confundida? ¿Quién de mi familia ha vivido una situación de no saber quién es, estar desorientada, desorientado? Y buscar contextos de mentiras en la familia, ya que la mentira es el activador de esas sensaciones. Esta parte puede tener diferentes combinaciones de preguntas. Confía en tu intuición o déjate acompañar por un profesional.
Este es el momento de toma de consciencia, cuando el espejo nos refleja para qué vivimos la experiencia de ponernos delante alguien que percibimos mentiroso (en este ejemplo) Puedo darme cuenta en que situaciones siento que no puedo confiar en mi misma, puede que tome consciencia de cómo me miento a mí misma y que tipo de excusas me pongo, puede que me dé cuenta que ya de pequeña vivía las mentiras como algo doloroso y eso me lleva a ver que en mi familia se explicaron mentiras…
Si trabajas con un cliente y tienes que elegir un adjetivo para trabajar, puedes preguntar cuál de esos adjetivos es más estresante para tu cliente y centrarte en ese, vas a una situación y haces un camino al inconsciente, por ejemplo.
También puedes elegir haciendo una pasada rápida por cada adjetivo, preguntando a la persona como se siente cuando el otro es, en estos ejemplos, mentiroso, rencoroso, egoísta… y fijarnos en sus respuestas a ver si sale algún resentir relacionado con el síntoma que presenta. Hay que estar atenta, no manipular, tener la mente limpia y tirar del hilo con inocencia. Igual que cuando lo hacemos solos.
Toda característica “mala” tuvo una intención positiva, seguramente se mintiera para proteger de una verdad dolorosa y no se supo hacer de otra forma con lo que sabían en ese momento, en este ejemplo ésta podría ser la intención positiva, pero podremos encontrarla en cada ejemplo, nos puede costar, pero las atrocidades más duras tienen detrás una intención positiva… por supuesto eso no significa que debamos permitir ninguna atrocidad en nuestra vida, pero nos va a permitir comprender el dolor de nuestro árbol o de nuestra vida, llegar a la comprensión es el camino para tomar consciencia de para qué me pongo delante este espejo.
¿Cómo se si lo he hecho bien?
Siento decirte que sólo con hacerte esta pregunta sé que no los has hecho o no lo has hecho bien, si lo haces bien no te harás esa pregunta, te lo aseguro. La comprensión es tan grande que es imposible no estar segura de que lo has hecho bien.
Os animo a hacer el ejercicio las veces que haga falta, con situaciones sencillas u otras más complejas, es tan fácil o tan difícil cómo cada uno está en este momento. Todo el mundo puede hacerlo, pero cómo he dicho al principio, no se trata de seguirlo al pie de la letra, esto no son matemáticas de primaria que a todos nos tiene que dar el mismo resultado usando el mismo método (ni siquiera estoy de acuerdo en que las matemáticas de primaria tengan que ser así… pero eso es para otro tema) se trata de comprender el sentido y adaptarlo a ti.
Gracias por tu interés, tus comentarios son bienvenidos.
Marina Castells Quero
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