Para formar parte de la biblioteca nacional y no del geriátrico, se necesita blindar al cerebro, entrenándolo, porque lo que no se usa, se pierde
Un mal chiste que circulaba hace más de tres décadas decía que una persona que visitaba un “mercado de cerebros” y consultando precios vio que el de Albert Einstein costaba US$ 100.000, pero el de Herminio Iglesias (un candidato a gobernador muy poco inteligente) costaba 1.000.000. Preguntó el por qué y el dueño del negocio respondió: “Porque está sin uso”.
El conocimiento es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo del cerebro. En el colapso de la Unión Soviética había ingenieros manejando taxis. Esos cerebros no estaban mejorando su capacidad. Hay una diferencia entre capacidad intelectual y reserva cognitiva.
La reserva cognitiva intenta explicar el por qué ciertas personas que tiene mayor capacidad intelectual natural y en uso suelen presentar los síntomas del mal de Alzheimer más tarde que otras con menor capacidad cognitiva, aunque su deterioro cerebral sea equivalente. La reserva cognitiva es la capacidad cognitiva e intelectual que se acumula en la vida mediante conocimientos culturales, estudios académicos, participación en actividades intelectuales y de esparcimiento (la lectura, la escritura, aprender idiomas, el ajedrez). También por actividades lúdicas y deportivas que hayan potenciado su psicomotricidad (ir al gimnasio, hacer deporte, bailar). Por supuesto influyen mucho los factores genéticos.
Sin embargo, hay que puntualizar que si bien una reserva cognitiva alta actúa como factor protector o preventivo, no logra detener la patología que subyace a la enfermedad. Cuando la patología se vuelve muy severa ya no hay sustrato suficiente que evite la sintomatología de la demencia.
Probablemente lo que la reserva cognitiva potencia es la plasticidad y conectividad de las redes neuronales. Una persona que ha ejercitado durante su vida sus capacidades cognitivas ha acostumbrado a su sistema nervioso a adaptarse a los cambios y a usar circuitos neuronales alternativos cuando algún circuito queda dañado. Por ello, las personas con alta capacidad intelectual retardan la evidencia de una demencia neurodegenerativa, potenciando y usando vías neuronales alternativas cuando la vía principal ha resultado deteriorada.
Todo puede comenzar a manifestarse simplemente, al no recordar una palabra, tener alguna dificultad para realizar una tarea cotidiana o perder la memoria de un hecho completo. También pueden sumarse cambios en la personalidad, el estado de ánimo y el comportamiento. Estas son las primeras manifestaciones. El deterioro cognitivo puede no ser sólo memoria, puede manifestarse también en la conducta. Los médicos explican que no tiene cura, y que los avances en medicina apuntan a prevenir su aparición, aunque también hay nuevas drogas que se están estudiando.
El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar a conocer la enfermedad y generar conciencia sobre la misma. El Alzheimer afecta al 10% de los adultos de más de 65 años y al 50% de los mayores de 85.
Hace casi un siglo no existía el mal de Alzheimer, es una consecuencia no deseada del progreso, de que la medicina alargó la vida y esta es una enfermedad que contraen los adultos mayores por el aumento de los años de vida. Trabajando sobre la prevención se puede disminuir el riesgo.
El caso de las monjas francesas. Un estudio llevado a cabo en 1986 con 678 monjas, quiso averiguar por qué algunas de las integrantes de la comunidad de hermanas de Notre Dame envejecían de forma saludable, conservando sus facultades mentales intactas y otras no. Se eligió una comunidad de religiosas por varios motivos, entre ellos para asegurarse de que el envejecimiento saludable no podía atribuirse únicamente a un mayor cuidado de la salud. Las monjas de la comunidad tenían estilos de vida parecidos tanto si se habían licenciado en la universidad como si no. Los ingresos no eran un factor a tener en cuenta, no fumaban y disfrutaban de la misma asistencia sanitaria, estilo de vida y alimentación. A las religiosas les hicieron estudios neuropsicológicos anuales y muchas donaron sus cerebros para su posterior estudio.
Entre las conclusiones del estudio se destaca que una mejor educación confiere cierta protección frente al Alzheimer, retrasando en varios años su aparición. Y aunque sea sólo por esto hay que tenerlo muy en cuenta ya que los avances científicos pueden dar en la tecla en cualquier momento.
El depósito de sustancias que provocan el mal está presente pero la reserva cognitiva puede eludir el mal o diferirlo. Las monjas francesas tenían la neuropatalogía sin tener su manifestación clínica. Por la reserva cognitiva, el cerebro puede acomodarse, esa es la clave. La capacidad intelectual puede ser igual pero algunas personas pueden tener más o menos reserva, el entrenamiento de la capacidad es la clave para prevenir el Alzheimer. Entrenar la mente da mayor plasticidad y hay que realizarla mucho antes, durante toda la vida no sólo al ingresar en la tercera edad. Hay que hacer de la educación del cerebro una política de Estado porque el Alzheimer es un sunami que se avecina.
Nuevas investigaciones. La demencia tiene diversas causas. El Alzheimer es la principal con el 50% y el 20% proviene de problemas vasculares.
En el Alzheimer se produce la acumulación de la proteína amiloide en partes del cerebro, pero no hay pruebas sobre la causa que lo genera.
El investigador del Servicio de Neurología del hospital La Fe de Valencia Miquel Baquero ha afirmado que existe una posibilidad “real” de encontrar una sustancia que elimine esa proteína relacionada con la aparición del Alzheimer, y se pueda reducir el avance de esta enfermedad.
Los ensayos señalan que un posible tratamiento con anticuerpos monoclonales reduce el avance de la enfermedad en personas que registran los primeros síntomas. En España, cerca de 1.128.000 personas la sufren y su origen se relaciona cada vez más con la acumulación de esa sustancia.
Según Baquero, existen dos líneas de acercamiento: una son los anticuerpos monoclonales que se adhieren a esas sustancias en el cerebro e inducen a que el cuerpo los elimine, y otra los inhibidores de la enzima base que impiden o disminuyen la producción de amiloides. Hay indicios de que esto produce una mejoría, pero falta lograr que esas medicaciones mejoren aún más su evolución.
Bueno para el corazón, bueno para el cerebro. Mientras se encuentra un medicamento salvador que logré detener el avance de esta patología o revertirla, se hace hincapié en la prevención. En los últimos años se ha puesto cada vez más de manifiesto en estudios epidemiológicos que los factores de riesgo cardiovascular también tienen relación con la enfermedad de Alzheimer, así como los niveles elevados de colesterol, presión arterial alta, diabetes y vida sedentaria. En la actualidad, se está intentando ver si modificar estos factores en la edad media puede tener impacto. De hecho, en Europa se han puesto en marcha varios estudios que incluye a miles de personas para averiguar si hacer ejercicio físico, abandonar el tabaco, seguir una dieta sana, controlar los factores de riesgo vascular y mantenerse social e intelectualmente activo pueden servir en la prevención.
Quizás la mitad de la vida sea ya tarde. Con la actual epidemia de obesidad infantil, que adelanta la aparición de patologías como hipercolesterolemia, diabetes o hipertensión, antes ligadas a la madurez, unida al sedentarismo, puede que la salud de los más jóvenes se esté ya resintiendo. Se dice que ésta podría ser la primera generación en invertir la tendencia al aumento de la esperanza de vida. Pero tal vez podría ser también la primera en la que los síntomas de envejecimiento cerebral asociados a la edad aparezcan de forma más temprana.
Ejercitar la mente. Cientos de millones de personas padecerán Alzheimer, si no ponen un freno automático al sedentarismo. La plasticidad del cerebro crea nuevas dendritas -proyecciones neuronales ramificadas como ramas de señales eléctricas y químicas-. Se precisa una vida creativa pero la mayoría lleva una vida rutinaria. La gimnasia mental puede ser la solución para modificar al cerebro. Entrenar la inteligencia con ejercicios físicos y mentales es una terapia poderosa. Pasando del piloto automático al manual se altera el modo de ver, se alimenta el espíritu de curiosidad; para generar una cuota mínima de observaciones diarias. Sacar el piloto automático regula la atención para observar conscientemente. La claridad, el compromiso con la verdad y la concentración en el resultado conectan consciente e inconsciente, y ese conocimiento mejora el resultado.
La mente no puede cerrar rutas pero sí construir caminos paralelos. No hace falta eliminar lo viejo, el freno automático evitó muchas tragedias. Decidimos como si hubiera una elección mejor o única y no soluciones alternativas. De niños creamos mecanismos fijos. Cuando un desafío se encara con el pensamiento único se clausura la forma relacional e innovadora. No sabemos hacer de todo, somos buenos para algo y esa fortaleza es la que debemos potenciar. Hay zonas de comodidad, otras de incomodidad y también de tensión o dificultad. Es aquí donde se pueden crear caminos nuevos. Salir de la rutina mejora la atención. Los pasos pequeños mantienen el cerebro pensante, sin temor a lo desconocido para pasar de la curiosidad al asombro, del piloto automático al manual y empezar a ver de una nueva manera la realidad. Hay que incorporar el freno automático a las cosas que pueden generar accidentes y eliminar el piloto automático de la ideología del cerebro en las personas.
El catálogo de la atención. El psicogym entrena las neuronas de la atención y el descanso repara el cansancio que genera. Aprendiendo a usar el cerebro se logra que la atención se transforme en concentración. El estado de flujo dirige la atención y la energía para lograr productividad con menor esfuerzo. Se logra el control mental de las emociones y la conciencia se funde con el hacer que se experimenta como una recompensa.
El 20% de lo que se hace produce el 80% de los resultados, por eso conviene centrar la atención en el 20% productivo. Si la mente se atasca lo mejor es alinear el foco de atención con la asignación de importancia. Administrar el tiempo es administrar la mente.Lo importante es saber frenar a tiempo o aprender a escuchar las alertas que nos mandan los sistemas o la realidad misma. Estar muy atento a cuando nos va demasiado bien, o cuanto nos va demasiado mal o cuando no pasa nada. Las oportunidades y las amenazas existen tanto como las debilidades y las fortalezas. Prepararse es la mejor opción, ya que como dijo Pasteur el azar sólo favorece a las mentes preparadas.
Sabemos que la el paso de los años es peligroso, se trabaja toda la vida sabiendo que los últimos años serán de poca felicidad si se debe depender de la jubilación otorgada por un estado en ruinas o de la buena fortuna de los hijos. Sin embargo, hay una alternativa: si uno decide desde hoy crecer un poco cada día creará un círculo virtuoso a largo plazo que le enseñará cómo ser joven toda la vida.
Veamos el equivalente en el reino animal. El águila, a los treinta años, está mal. Su pico deteriorado no puede tomar el alimento, sus débiles uñas ya no pueden capturar a la presa, sus plumas pesadas no le permiten volar. Entonces, en un esfuerzo supremo, sube hasta la cumbre, lija su pico hasta hacerlo caer y espera a que nazca uno nuevo con el que se arrancará las uñas. Con las uñas nuevas, se quitará las plumas hasta que crezcan otras livianas con las que volverá a volar. El águila vivirá entonces hasta los setenta años.
Cómo ser joven toda la vida. El ser humano llega a la plenitud de su desarrollo a los 25 años y luego sigue creciendo o inicia su decadencia. Hay quienes se mantienen en excelente estado hasta su ancianidad. Verdi fue uno de ellos. A los 80 años, fue consultado sobre el secreto de su longevidad creativa y respondió: “busqué siempre la perfección pero sin poderla encontrar”. La perfección, por definición, nunca se alcanza pero debe ser el imán que nos guíe. Al perseguirla, Verdi mantuvo la calidad como camino basándose en la mejora continua.
Cualquier persona puede transitar esta ruta, basta con preguntarse estratégicamente: ¿dónde estaba, dónde estoy, dónde quiero estar y cómo haré para conseguirlo? Implica dejar de mirar al costado, hacia los niveles de bajo rendimiento, y apuntar a la excelencia. Al ser humano le ocurre algo parecido a la rana colocada en una olla con agua fría y que se pone a calentar a fuego lento: poco a poco se va adaptando al medio hasta que muere cuando el agua hierve. Sin embargo, si a esa temperatura otra rana fuera arrojada, se salvaría saltando instantáneamente.
El hombre puede llegar a la madurez y vivir una vida plena si su inteligencia emocional hace gimnasia con la intelectual, manteniendo una visión optimista. Para no tener que depender de la suerte de los hijos, ni de la insuficiente jubilación, es necesaria la longevidad creativa.
Esta es la fórmula de la eterna juventud, la fórmula de cómo ser joven toda la vida.
La medicina hizo posible llegar a la cuarta edad, esa que va de los 80 a los 100 años, edad clave para acceder a la sabiduría y transmitirla a las generaciones en formación. Es importante llegar allí con el cerebro y el corazón contentos. Para formar parte de la biblioteca nacional y no del geriátrico, se necesita blindar al cerebro, entrenándolo. Como es sabido no hubo ningún caso de Alzheimer entre los ajedrecistas famosos.
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