"Hacia donde diriges tu atención es hacia donde se dirige tu vida. Deja que tu vida avance hacia lo que es bueno, valioso, fuerte y verdadero" —Ralph Marston
Hay una frase de Paulo Coelho que dice: “Cuando realmente deseas algo, el universo entero conspira para ayudarte a conseguirlo”. Eso no es cierto.
Al universo entero le trae sin cuidado lo que nos pasa. Su actitud hacia nosotros es de total indiferencia.
Bastantes cosas tiene ya con las que lidiar (su continua expansión, la materia oscura, las gravitaciones, las centrifugaciones… ), como para también preocuparse por tu deseo de cambiar de coche, cambiar de empleo o viajar al caribe. ¡Faltaría más!
Sin embargo, que al universo le tenga sin cuidado lo que nos pasa, no significa que no contemos con ayuda poderosa. Existe una fuerza que si conspira a nuestro favor: nuestra mente.
Cuando realmente deseamos algo, creemos en ello y emprendemos acciones para conseguirlo, nuestra mente trabaja sin descanso para hacer que eso sea posible. Busca información, patrones, ideas, conexiones, que nos acerquen a nuestro objetivo.
Digamos que tienes un proyecto sobre el cual no paras de pensar. Tu cerebro toma nota de ello y empieza a jugar a tu favor. Abres el periódico y en lo primero que te fijas es en la información que tiene que ver con tu proyecto. Si por casualidad conoces a alguien relacionado con él, prestas más atención a lo que dice esa persona e intentas entablar amistad. De repente, en todo lo que te fijas es en lo que tiene relación con él.
Esta no es algo esotérico o mágico, es bastante simple y lógico.
Resulta que durante el día somos bombardeados con una cantidad descomunal de información, y para no enloquecer, el cerebro ignora el 99% de esa información. Pero cuando sembramos un pensamiento, un sueño, un objetivo, nuestra mente deja de ignorar la información relacionada con ello.
Es decir, aquello en lo que nos concentramos internamente, en las cosas que pensamos, es en lo que se fija el cerebro en el mundo exterior.
La fijación que ocurre en el cerebro con un tema se conoce en psicología como El Efecto Tetris. Cuando alguien dedica mucho tiempo al juego, el Tetris se queda en su mente. Las personas luego notan que con frecuencia están llevando a cabo el juego con cosas de la vida real, pensando en cómo podrían encajar edificios, baldosas, estanterías en los supermercados, incluso sueñan con él.
Hace más de 2.500 años, Buda, un gran estudioso de lo que ocurre en nuestra cabeza, ya se había dado cuenta de ello. “Cualquier cosa sobre la que reflexione y piense el practicante, se convertirá en la inclinación de su mente”, afirmó.
Es decir, somos lo que pensamos. Las cosas en las que fijamos nuestra atención, la información con la cual alimentamos nuestra mente, termina dando forma a la visión que tenemos del mundo.
¿Cómo podemos usar el efecto Tetris a nuestro favor? Son muchas las maneras. Shawn Achor, autor del libro La Felicidad como Ventaja, recomienda usar el efecto tetris para contrarrestar nuestra tendencia a fijarnos en lo negativo y ser más optimistas.
Si decidimos empezar a fijarnos en las cosas buenas que nos ocurren, descubriremos que son muchas y que con frecuencia las pasamos por alto.
Ser más consciente de lo que funciona en nuestra vida altera de manera dramática nuestra percepción de ella, nos ayuda a verla de una manera más optimista y ser más agradecidos con lo que tenemos.
La ciencia lo tiene bastante claro: las personas agradecidas y optimistas tienden a ser más prósperas.
Al universo entero le trae sin cuidado lo que nos pasa. Su actitud hacia nosotros es de total indiferencia.
Bastantes cosas tiene ya con las que lidiar (su continua expansión, la materia oscura, las gravitaciones, las centrifugaciones… ), como para también preocuparse por tu deseo de cambiar de coche, cambiar de empleo o viajar al caribe. ¡Faltaría más!
Sin embargo, que al universo le tenga sin cuidado lo que nos pasa, no significa que no contemos con ayuda poderosa. Existe una fuerza que si conspira a nuestro favor: nuestra mente.
Cuando realmente deseamos algo, creemos en ello y emprendemos acciones para conseguirlo, nuestra mente trabaja sin descanso para hacer que eso sea posible. Busca información, patrones, ideas, conexiones, que nos acerquen a nuestro objetivo.
Digamos que tienes un proyecto sobre el cual no paras de pensar. Tu cerebro toma nota de ello y empieza a jugar a tu favor. Abres el periódico y en lo primero que te fijas es en la información que tiene que ver con tu proyecto. Si por casualidad conoces a alguien relacionado con él, prestas más atención a lo que dice esa persona e intentas entablar amistad. De repente, en todo lo que te fijas es en lo que tiene relación con él.
Esta no es algo esotérico o mágico, es bastante simple y lógico.
Resulta que durante el día somos bombardeados con una cantidad descomunal de información, y para no enloquecer, el cerebro ignora el 99% de esa información. Pero cuando sembramos un pensamiento, un sueño, un objetivo, nuestra mente deja de ignorar la información relacionada con ello.
Es decir, aquello en lo que nos concentramos internamente, en las cosas que pensamos, es en lo que se fija el cerebro en el mundo exterior.
La fijación que ocurre en el cerebro con un tema se conoce en psicología como El Efecto Tetris. Cuando alguien dedica mucho tiempo al juego, el Tetris se queda en su mente. Las personas luego notan que con frecuencia están llevando a cabo el juego con cosas de la vida real, pensando en cómo podrían encajar edificios, baldosas, estanterías en los supermercados, incluso sueñan con él.
Hace más de 2.500 años, Buda, un gran estudioso de lo que ocurre en nuestra cabeza, ya se había dado cuenta de ello. “Cualquier cosa sobre la que reflexione y piense el practicante, se convertirá en la inclinación de su mente”, afirmó.
Es decir, somos lo que pensamos. Las cosas en las que fijamos nuestra atención, la información con la cual alimentamos nuestra mente, termina dando forma a la visión que tenemos del mundo.
¿Cómo podemos usar el efecto Tetris a nuestro favor? Son muchas las maneras. Shawn Achor, autor del libro La Felicidad como Ventaja, recomienda usar el efecto tetris para contrarrestar nuestra tendencia a fijarnos en lo negativo y ser más optimistas.
Si decidimos empezar a fijarnos en las cosas buenas que nos ocurren, descubriremos que son muchas y que con frecuencia las pasamos por alto.
Ser más consciente de lo que funciona en nuestra vida altera de manera dramática nuestra percepción de ella, nos ayuda a verla de una manera más optimista y ser más agradecidos con lo que tenemos.
La ciencia lo tiene bastante claro: las personas agradecidas y optimistas tienden a ser más prósperas.
Yo cada mañana, como parte de mi rutina, escribo 10 frases con las que busco sacar ventaja del efecto tetris. En ellas declaro lo que me gustaría hacer en el día y de esa manera pongo a mi mente a buscar oportunidades para llevarlas a cabo.
Las frases las escribo en forma de pregunta, ya que cuando nos decimos a nosotros mismos ¿serás capaza de…? en lugar de “Voy a hacer…”, despertamos una respuesta más enérgica. Si le hacemos una pregunta a nuestro cerebro, él siente la necesidad de responder y por lo tanto su respuesta es más decidida que cuando hacemos una afirmación.
Mis 10 frases diarias.
Antes de acostarme repaso una a una las preguntas para saber cuáles objetivos cumplí. La idea no es hacerlo todo siempre, simplemente lo que busco es que no se me pase por alto una oportunidad cuando la tenga en frente de mi.
Todos tenemos mucho más poder del que creemos para darle forma a nuestra vida. Decidir a que dedicamos nuestra atención es trabajar en dirección a nuestras metas.
Las frases las escribo en forma de pregunta, ya que cuando nos decimos a nosotros mismos ¿serás capaza de…? en lugar de “Voy a hacer…”, despertamos una respuesta más enérgica. Si le hacemos una pregunta a nuestro cerebro, él siente la necesidad de responder y por lo tanto su respuesta es más decidida que cuando hacemos una afirmación.
Mis 10 frases diarias.
Antes de acostarme repaso una a una las preguntas para saber cuáles objetivos cumplí. La idea no es hacerlo todo siempre, simplemente lo que busco es que no se me pase por alto una oportunidad cuando la tenga en frente de mi.
Todos tenemos mucho más poder del que creemos para darle forma a nuestra vida. Decidir a que dedicamos nuestra atención es trabajar en dirección a nuestras metas.
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