Es muy simple y mejora tu estado anímico. Inclusive si no hay nada gracioso, solo abre la boca y deja salir una carcajada –el cerebro no distingue entre una risa genuina y una falsa. La retroalimentación facial funciona debido a que el cerebro detecta la flexión de ciertos músculos de la cara y hace que pienses “debo estar feliz por algo”. Además, hay una retroalimentación social porque sonreír es contagioso.
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