Nuestro mundo cambia cada vez más rápido. La tecnología está revolucionando industrias y poniendo a nuestros pies herramientas para solucionar los grandes problemas de la humanidad. Al mismo tiempo, los recursos del planeta se agotan, las tensiones sociales se agravan y los sistemas económicos se vuelven obsoletos. Es momento de replantear, de reestructurar.
La oportunidad de hacer todo mejor no sólo es un deseo del consumidor, es una posibilidad que la tecnología permite y una obviedad para quienes buscan oportunidades. Por lo tanto, toda industria sufrirá más de una disrupción crucial en los siguientes 10 años, y en algunos casos, mucho antes. Ninguna industria subsistirá como la conocemos, así que continuar una ruta que parece más de lo mismo asegura decrecimiento y una pronta extinción.
Una caída ejemplar está en el retail, sector en el que, tras el éxito de empresas como Amazon, tres gigantes han anunciado el cierre de un número considerable de tiendas en Estados Unidos este año: Macy´s anunció 100 establecimientos, los cuales representan 15% de su imperio; Wal Mart, 269 y Sports Authority, 450 sucursales.
Otra miopía que costará pérdidas a muchos y abrirá oportunidades espectaculares a otros, será la tradicional visión pesimista de crecimiento económico para México y otros países de Latinoamérica. La realidad de su futuro está en que estas economías emergentes han reunido una serie de características únicas que permitirán lograr un impulso superior a cualquier otro continente y región en el planeta. Se trata de una visión de futuro, no típica pero sí real sobre sus condiciones poblacionales, económicas, sociales de gobernabilidad y de recursos; todas ellas estarán pronto listas para detonar crecimientos.
En contraposición, países más desarrollados obedecen a reglas de crecimiento de otros tiempos, no hay hambre entre la población, las inversiones son poco arriesgadas y las grandes fortunas no están dispuestas a flexibilizar los sistemas que les mantienen en el poder.
La pregunta que estamos obligados a hacernos hoy es ¿cómo será mi industria en el futuro?
Pensar que el futuro sólo se adivina y no puede estudiarse es un paradigma de décadas pasadas para mucha gente de negocios aunque en realidad es una práctica común entre científicos, académicos y algunos gobiernos. Generar escenarios de futuro es posible y aterrizable a las posibilidades reales de un país, una industria o una categoría.
Visualizar el futuro es la única forma de estar preparados. Es la clave del crecimiento y de los futuros grandes negocios. Es la mejor manera de regular asertivamente la innovación para encontrar oportunidades incluso en los retos, para acertar en tiempos y moldear el mercado. Es la herramienta a usar para mantener empresas y marcas jóvenes, ágiles y exitosas.
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