Entrevista a Francisco Alcaide Hernández (@falcaide), conferenciante, formador y escritor en temas de management y desarrollo personal. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, licenciado en Derecho, Máster en Banca y Finanzas y Doctor cum laude en Organización de Empresas.
Autor del bestseller Aprendiendo de los mejores (Alienta), ya en su 10ª edición y con más de 20.000 ejemplares vendidos, traducido al chino y único libro de un autor español entre los 25 mejores libros de negocios y desarrollo personal a nivel internacional junto a Daniel Goleman, Robert Kiyosaki, Warren Buffett o Jack Welch, entre otros. El próximo día 22 de septiembre tendrá lugar un evento especial de presentación, celebración y networking en Madrid por este motivo con la presencia de destacados personajes del mundo del deporte y la empresa.
Su último libro publicado es Tu futuro es HOY (Alienta, 2ª edición), nominado al Premio Knowsquare al mejor libro de empresa 2014.
Entrevista a Francisco Alcaide:
¿Por qué crees que están fallando las empresas a la hora de motivar a sus empleados?
Todos tenemos nuestra responsabilidad, y la motivación empieza por la automotivación. No podemos hacer depender nuestra vida de “que venga otro y me motive”. Y si uno no está contento en algún sitio, debe asumir su responsabilidad y marcharse a otro sitio o construir su propio modelo de vida. Los directivos tienen su parte de culpa, pero a menudo les echamos el muerto de todo y nos olvidamos de la parte que nos toca. Liderar no es fácil, porque las personas somos seres complejos, contradictorios y cada individuo es único. Crecer y madurar en la vida es ser cada día más responsable de uno mismo.
Uno de los grandes problemas de las empresas a la hora de invertir en la felicidad y la motivación del empleado es tangibilizar el retorno de esa inversión, bajarlo a números concretos. ¿Cual crees que será la solución a este problema? ¿Tratarlo de manera matemática y averiguar una fórmula para obtener esos números, o abrirle los ojos a la dirección con argumentos emocionales?
No todo lo que se puede medir vale; ni todo lo que vale se puede medir. Hay que desarrollar la sensibilidad, la capacidad de ver más allá de lo evidente, de lo cuantitativo, de lo matemático y racional. Los mejores líderes son visionarios e intuitivos, y eso tiene que ver con una cierta sensibilidad. Se ha dicho muchas veces pero conviene recordarlo: las personas no se van de las empresas, se van de los jefes. Entre el 30-40% de los resultados del negocio dependen del clima laboral y de ese porcentaje el 70% depende del jefe inmediato. Esto dicen los números, pero el sentido común también. Las mejores empresas, las que sobreviven al paso de los años, tienen una fuerte orientación a las personas. Richard Branson decía: “No puedes ser un buen líder a menos que te guste la gente. Es la mejor manera de obtener lo mejor de ellos”.
“El aprendizaje es el comienzo de la riqueza” (Jim Rohn). Puede parecer que se aplique únicamente a personas, ¿Pero cómo convencemos a las empresas de que invertir en el aprendizaje de sus empleados también es el comienzo de su riqueza?
Nadie duda que la formación es un factor clave del desarrollo personal, otra cosa es qué entendemos por formación, de qué tipo y su eficacia. La formación es aprendizaje, y el aprendizaje está en las aulas y, sobre todo, fuera de las aulas. Hemos sobrevalorado los títulos, lo académico y la formación entre cuatro paredes, que es importante, pero no lo único. Hay muchas formas de aprender. Amancio Ortega no fue casi a la escuela, ni a la universidad, ni a ninguna escuela de negocio. A los 13 años ya estaba trabajando y con una actitud y ganas de aprender inmensa. Hoy día Inditex es el primer grupo textil del mundo. Y como él, muchos. Earl Nightingale, que aparece en el libro, apuntaba: «El mayor error que puedes cometer es creer que estás trabajando para alguien más que no seas tú». La gente ganadora está comprometida con el aprendizaje de por vida y siempre está invirtiendo en sí misma.
A lo largo de tu trayectoria profesional has prestado servicios a muchísimas empresas. ¿Cuáles suelen ser los problemas más comunes en cuanto a la gestión de las personas?
Hay problemas de management que siempre preocupan, como que salgan los números. Como se suele decir: lo que no son cuentas, son cuentos. Las empresas cierran porque no son capaces de sobrevivir, y ello tiene mucho que ver con la capacidad de vender (generas ingresos). O estás vendiendo o estás fallando. Vender es una cuestión de supervivencia. Saber vender es la habilidad más importante en el mundo de la empresa. Si los números salen, todo lo demás sale más fácilmente. Desde el punto de vista de capital humano, las principales preocupaciones tienen que ver con cómo conseguir el máximo grado de compromiso e implicación del equipo, y eso está muy relacionado con trascender las fronteras formales del puesto de trabajo.
¿Qué debería hacer un trabajador si siente que no puede aprender de nadie a su alrededor en su trabajo?
Siempre se puede aprender de la gente de alrededor o del entorno, pero hay que tener actitud de apertura para apreciar lo bueno que tenemos. Según las estadísticas se habla 7 veces más de lo negativo que de lo positivo. Hay que aprender a desarrollar, primero, una actitud de gratitud por todo lo bueno que existe cerca de nosotros, que es más de lo que nos imaginamos; y dos, una actitud de humildad para corregir o modificar con buen tono aquello con lo que no estamos contentos. Y siempre asumir los mandos de nuestra vida. Como dice Jim Rohn: «Si no te gusta lo que te sucede, muévete, tú no eres un árbol».
¿Qué ocurre cuando la gente con talento no tiene a un líder adecuado?
La buena gestión da lugar a los buenos empleados y los buenos empleados dan lugar a la buena gestión. Las relaciones son carreteras de doble sentido. Hay mucha gente que se queja de muchas cosas, pero no tienen valentía para asumir su propia responsabilidad. La conclusión es obvia: no te quejes, busca soluciones y hazte cargo de ti mismo. Tenemos idealizado al liderazgo y a los líderes. La vida son problemas y conflictos: con partners, proveedores, empleados, clientes… Ser líder no significa ser perfecto, y a veces da la sensación de que eso es lo que buscamos, y claro, no lo encontramos. Los directivos deben liderar a su gente, pero la gente también debe gestionar al directivo. Relaciones con compromisos y responsabilidades por las dos partes.
¿Líder se hace o se nace?
De ello hablaba precisamente en mi blog hace poco en un post titulado: Si quieres ser un líder, ofrécete voluntario. El liderazgo se desarrolla. El liderazgo tiene que ver con la vida, con asumir experiencias. En un estudio muy conocido a nivel mundial sobre liderazgo, el equipo que lo llevó a cabo descubrió después de leer 3.000 mil páginas de transcripciones de entrevistas, que los líderes no se identificaran con ninguna característica universal, rasgo, destreza o estilo que les hubiera empujado al éxito, sino que su liderazgo se derivaba de sus historias vitales. Poniéndose a prueba constantemente mediante experiencias reales. En lugar de esperar a encontrarse en lo más alto para convertirse en líderes, buscaron cualquier oportunidad de liderar y desarrollarse, y cada uno de ellos tuvo que enfrentarse en muchos casos a adversidades de gran calado.
En “Aprendiendo de los mejores” se hacen reflexiones sobre la espiritualidad, y Joseph Campbell también hablaba de la relación entre la falta de espiritualidad y la falta de valores. Ahora que las empresas empiezan a plantearse la inversión en motivación ¿Crees que la “inversión en la espiritualidad” será uno de los puntos clave a tratar en el futuro de la gestión de los recursos humanos?
Desde mi punto de vista, no existe desarrollo personal sin desarrollo espiritual. Pero a fecha de hoy no lo veo como un tema clave en recursos humanos, porque en el mundo empresarial suena demasiado alejado de la realidad. La espiritualidad la veo más como un compromiso de cada persona consigo mismo; saber que hay algo más grande que uno mismo –la Fuente, que ordena el Universo–, y que si sabemos conectar con esa Fuente, tomamos conciencia de que el mundo es abundancia en todos los sentidos y de que no existen los límites.
Cuando Joseph Cambell hablaba de los mitos decía “no tenemos que recorrer el camino solos, pues los héroes de todos los tiempos ya lo han recorrido, y sólo tenemos que seguir el camino del héroe”. ¿Las personalidades que aparecen “Aprendiendo de los Mejores” podrían ser los héroes de hoy en día? ¿Jeff Bezos, Amancio Ortega, o Bill Gates son los nuevos Hércules, Thor o Shiva?
Esos podrían ser algunos ʽHéroesʼ desde un punto de vista, pero no exclusivamente. A menudo relacionamos la palabra ʽHéroesʼ con popularidad o con aspectos materiales, pero esa es una mirada demasiado simplista. Una madre de familia puede ser una ʽHéroinaʼ; alguien que lucha contra una grave enfermedad dándolo todo, también es un ʽHéroeʼ. Un ʽHéroeʼ es una persona que sirve de modelo de referencia y en la que inspirarse para nuestra propia vida. Existen muchos ʽHéroes Anónimosʼ. Y al hablar de ʽHéroesʼ es importante lo que se consigue (resultados) pero también cómo se consigue (valores). Sin el respeto a los valores, nadie puede ser considerado un ʽHéroeʼ. Hemos visto casos de deportistas muy laureados que con el paso tiempo se demostró que se dopaban, y el mito (héroe) se cayó.
¿Qué consejo le darías a todos los jóvenes emprendedores que están formando su primera empresa y están empezando a encontrarse con todos los retos que supone dirigir y liderar? Aparte de leer “Aprendiendo de los mejores”.
Que un negocio existe para hacer mejor o más fácil la vida de la gente. El éxito consiste en tener vocación de servicio. Preocúpate por servir y hacer una diferencia en la vida de los demás, y el mercado te retribuirá. El dinero es sólo un resultado, el resultado de que estás haciendo bien las cosas; y hacer bien las cosas significa aportar valor a la gente. Los grandes empresarios tienen una fuerte orientación al cliente, y siempre están pensando en cómo dar “más” por “menos”: mejor calidad, mejor servicio, mejores precios, mejores procesos y canales…
Y para finalizar, nuestra pregunta imprescindible ¿Qué es para ti innovar?
Innovar es aportar valor al mercado. No consiste en descubrir la pólvora, sino en mejorar la vida de la gente. Peter Drucker afirmaba: «La prueba de una innovación no es su novedad, ni su contenido científico, ni el ingenio de la idea… es su éxito en el mercado».
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