jueves, 11 de agosto de 2016

Inteligencia Emocional

https://charquesblog.wordpress.com/2016/08/10/inteligencia-emocional/ 
Seguramente ya os suena (y mucho) el concepto de Inteligencia Emocional. Pero ¿qué es exactamente? ¿Qué significa que una persona sea inteligente emocionalmente? ¿Qué es más importante ser inteligente emocionalmente o intelectualmente? En el post de hoy trataremos de aportaros algunas pinceladas sobre la inteligencia emocional para en posteriores post facilitaros estrategias sobre cómo educar de forma inteligente. De acuerdo con Daniel Goleman, quien popularizó el término en su libro Emotional Intelligence (1995), la inteligencia emocional (IE) es la capacidad para conocer y entender qué sentimos y qué sienten los otros, para poder así gestionar (modificar), y dominar (controlar), las emociones. La IE está compuesta de los siguientes elementos: Autoconciencia. La conciencia de uno mismo (el reconocer un sentimiento mientras ocurre) es la clave de la inteligencia emocional. Una mayor certidumbre con respecto a nuestras emociones es una buena guía para las elecciones vitales, desde casarse hasta optar entre un trabajo u otro. Os preguntaréis: ¿quién no conoce sus propias emociones? ¡¡MUCHÍSIMA GENTE!! Es increíble comprobar a diario en la consulta cómo hay personas que son incapaces de hablar sobre sus emociones y sentimientos por su dificultad para reconocerlos. Autorregulación. Es un escalón más en el conocimiento de las propias emociones. Las personas que saben controlarse, librarse de la ansiedad, irritación o tristezas excesivas se recuperan con mayor rapidez de los reveses de la vida. ¿Significa eso que las personas inteligentes emocionalmente están siempre contentas? ¡¡NOOOOO!! El saber controlar las emociones no significa que siempre se esté feliz/contento aunque te hayan echado del trabajo o  estés pasando una etapa difícil. Saber controlar/manejar las emociones hace que las mismas no te desborden y no te afecten más allá de lo esperable. Si estoy enfadado con mi jefe y no sé controlar mi enfado, es probable que lo termine pagando con mis amigos, mi pareja, mis hijos. Motivación. Implica una tendencia a trabajar por razones que van más allá del dinero y el status. Se explica también como una propensión a lograr metas con energía y persistencia. Está relacionada con el impulso hacia el logro. Saber generar la motivación, implica la búsqueda de metas constante. Saber buscar nuestras motivaciones es algo esencial para mantener nuestra ilusión. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué necesitan es la habilidad fundamental para establecer relaciones sociales y vínculos personales. Implica saber “leer la mente de los demás” y comportarse en función de esta lectura con el objetivo de maximizar beneficios para ambos. Habilidades Sociales.  Es la habilidad para el manejo y construcción de redes de relaciones. Además involucra la capacidad para encontrar un espacio común y construir equipos. ¿Y saber todo eso es más importante que saber matemáticas, inglés, física, química, biología, geografía, etc? La IE no se opone a las capacidades intelectuales sino que ambas interactúan de forma dinámica. Idealmente, una persona puede destacarse tanto en las capacidades cognitivas como en las sociales y emocionales. Quizás la pregunta sea un poco tramposa, porque en realidad, no se trata de determinar si es más importante ser inteligente emocionalmente o cognitivamente, más bien se trata de buscar un equilibrio, partiendo de la idea de que las personas emocionalmente inteligentes serán más hábiles a la hora de desarrollarse cognitivamente. Sin embargo, es importante señalar que los estudios apuntan a que las personas más felices no son las que más CI (cociente de inteligencia) tienen sino las que saben identificar y manejar mejor sus emociones. Una vez dicho esto ¿qué os dice la siguiente imagen? 

Renata Sarment
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